jueves, 16 de abril de 2009

CINE TAURINO



La fiesta nacional ha sido llevada al cine en un sinfín de ocasiones. En ocasiones, se trataba de adaptar al medio novelas de temática taurina, otras veces se han filmado guiones en los que se reflejaban desde los aspectos más tópicos hasta los más escabrosos de la «fiesta nacional» o bien la biografía de los toreros que en el momento de los rodajes contaban con mayor número de seguidores.

Basado en obras literarias habría que destacar Sangre y arena, si bien las mejores adaptaciones de la obra de Blasco Ibáñez se realizaron en Hollywood. La novela taurina adaptada al cine español por excelencia ha sido Currito de la Cruz, de Alejandro Pérez Lugín, quien dirigiría una primera versión cinematográfica —todavía sin sonido— a la que seguirán otras tres, ya sonoras. Debe mencionarse que también ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones El niño de la monjas, novela de Juan López Núñez.

Películas como Sangre en el ruedo (Rafael Gil, 1969) o Los clarines del miedoAntonio Román, 1958) mostraban la dureza del mundo de los toros, desde el odio y la envidia de dos estrellas rivales en la primera de las película citadas, hasta la miseria de un torero de que malvive de su arte yendo de pueblo en pueblo. Empero, de estas ficciones no exentas de realismo, debe destacarse Tarde de torosLadislao Vajda, 1956) en la que se recogen numerosos aspectos de la fiesta nacional, contraponiendo los caracteres de tres diestros (el consagrado, el ídolo del momento y el principiante), así como otros caracteres secundarios: el crítico taurino, los aficionados seguidores de cada matador...

Por último, en el apartado de biografías cinematográficas de toreros, deben destacarse Aprendiendo a morir (Pedro Lazaga, 1962), protagonizada por Manuel Benítez "El Cordobés", Nuevo en esta plaza (Pedro Lazaga, 1966) sobre la vida de Sebastián Palomo Linares y El Litri y su sombra (Rafael Gil, 1960), quizás la más ambiciosa de todas, porque no se limita a contar exclusivamente la vida del torero, sino que también se detiene en sus antecedentes taurinos familiares. Belmonte (Juan Sebastián Bollaín, 1995) y Manolete, aunque no interpretadas por los propios biografiados sino por actores, son encuadrables en este apartado.

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