viernes, 17 de abril de 2009

PELÍCULA: CAMINO


Una preciosa y dulce niña de once años, vive sus últimos momentos en la habitación de un hospital. Rodeada de familiares, amigos, sacerdotes y un número inusitado de personal clínico, da a todos un casi sobrenatural ejemplo de muerte serena y feliz. En una atmósfera de santidad y cuando parece que la muerte es ya inevitable, ocurre algo extraordinario en la habitación.

Inspirada en hechos reales, Camino es una aventura emocional en torno a una extraordinaria niña de once años que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. Camino es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella y que pretenden inútilmente sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz.

Dirección
Javier Fesser

jueves, 16 de abril de 2009

CINE RELIGIOSO

La importancia que la religión ha tenido en España a lo largo de toda su historia, no podía dejar de quedar reflejada en el cine, llegando a ser en los años cincuenta uno de los géneros que contaron con mayor favor del público, tanto en España como fuera de nuestras fronteras, y convirtiéndose una película de temática religiosa el primer gran éxito internacional, Marcelino, pan y vino, (Ladislao Vajda, 1955), basada en un relato de José María Sánchez Silva. Dentro de este género cabe distinguir varios subgéneros:

Religiosas

En este subgénero donde quedaría englobada la ya mencionada Marcelino pan y vino, se recogen películas donde mediante historias de ficción se trata de reflejar virtudes tanto religiosas como humanas. Suelen tratar de sacerdotes enfrentados al egoísmo de la sociedad en que viven o bien historias más o menos piadosas. De este subgénero destacaría sobre todo la película Balarrasa (José Antonio Nieves Conde, 1950), la historia de un hombre arrepentido que se convierte en sacerdote. También deben destacarse La mies es mucha (José Luis Sáenz de Heredia, 1949), sobre la vida de un misionero español en la India, y las obras de Rafael Gil La guerra de Dios (1953), donde un sacerdote debe luchar ante una sociedad avara y despiadada y El canto del gallo (1955), que narra las vivencias y vicisitudes de unos sacerdotes católicos perseguidos en un país comunista. Ya más tardío es el rodaje de Johnny Ratón (Javier Escrivá, 1969) cuyo protagonista —un desconocido actor llamado Robert Packer— profundamente ateo evoluciona y se transforma en un sacerdote que entregará su vida por el prójimo. Paradójicamente la película que terminaría por cerrar este género sería una nueva versión de la que le dio mayor fama, Marcelino, pan y vino, realizada en 1991 por Luigi Comencini.

Vida de santos

No fueron pocas las películas que se hicieron para reflejar las vidas de santos en el momento de mayor auge del genero religioso en España. Destacan Isidro, el labrador (Rafael J. Salvia, 1963), La Señora de Fátima (Rafael Gil, 1951) y especialmente Molokai (Luis Lucia, 1959) que contaba la historia de Damián de Veuster, el cual sería canonizado varias décadas después de la película. También cabe destacar la visión de Carlos Saura sobre la vida de San Juan de la Cruz en La noche oscura (1988), y las distintas versiones de la vida de Santa Teresa de Jesús, que van de Teresa de Jesús, (Juan de Orduña, 1962), hasta una afamada serie o Teresa, el cuerpo de Cristo, realizada en pleno siglo XXI, y no exenta de polémica al alejarse de la ortodoxia característica de este tipo de filmes.

Bíblicas

Exceptuando El beso de Judas (Rafael Gil, 1953), son pocas, y desde luego no dignas de mención, las películas españolas de esta temática.

CINE TAURINO



La fiesta nacional ha sido llevada al cine en un sinfín de ocasiones. En ocasiones, se trataba de adaptar al medio novelas de temática taurina, otras veces se han filmado guiones en los que se reflejaban desde los aspectos más tópicos hasta los más escabrosos de la «fiesta nacional» o bien la biografía de los toreros que en el momento de los rodajes contaban con mayor número de seguidores.

Basado en obras literarias habría que destacar Sangre y arena, si bien las mejores adaptaciones de la obra de Blasco Ibáñez se realizaron en Hollywood. La novela taurina adaptada al cine español por excelencia ha sido Currito de la Cruz, de Alejandro Pérez Lugín, quien dirigiría una primera versión cinematográfica —todavía sin sonido— a la que seguirán otras tres, ya sonoras. Debe mencionarse que también ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones El niño de la monjas, novela de Juan López Núñez.

Películas como Sangre en el ruedo (Rafael Gil, 1969) o Los clarines del miedoAntonio Román, 1958) mostraban la dureza del mundo de los toros, desde el odio y la envidia de dos estrellas rivales en la primera de las película citadas, hasta la miseria de un torero de que malvive de su arte yendo de pueblo en pueblo. Empero, de estas ficciones no exentas de realismo, debe destacarse Tarde de torosLadislao Vajda, 1956) en la que se recogen numerosos aspectos de la fiesta nacional, contraponiendo los caracteres de tres diestros (el consagrado, el ídolo del momento y el principiante), así como otros caracteres secundarios: el crítico taurino, los aficionados seguidores de cada matador...

Por último, en el apartado de biografías cinematográficas de toreros, deben destacarse Aprendiendo a morir (Pedro Lazaga, 1962), protagonizada por Manuel Benítez "El Cordobés", Nuevo en esta plaza (Pedro Lazaga, 1966) sobre la vida de Sebastián Palomo Linares y El Litri y su sombra (Rafael Gil, 1960), quizás la más ambiciosa de todas, porque no se limita a contar exclusivamente la vida del torero, sino que también se detiene en sus antecedentes taurinos familiares. Belmonte (Juan Sebastián Bollaín, 1995) y Manolete, aunque no interpretadas por los propios biografiados sino por actores, son encuadrables en este apartado.

miércoles, 15 de abril de 2009

EL CINE, DE MANUEL PACHECO


Las imágenes envueltas en las pave­sas de las palabras caen sobre el lienzo desnudo y las miradas se convierten en manos que penetran en los objetos, los paisajes y las habitaciones donde se vive la muerte de los días. El rostro adquiere una luz que des­nuda los impulsos interiores, y todo el cuer­po abre sus poros al amor, al odio, a la cruel­dad, a la ternura, al llanto, a la risa, al terror y a la angustia. El cine aplica la magia de la poesía sobre la sábana de los sueños y si ha saltado las barreras del entretenimiento para convertirse en un arte, ha sido gracias a las investigaciones que en la realidad pura del ser y las cosas han hecho sus grandes di­rectores, que son, sin ningún género de duda, poetas de la imagen. El cine, en el puro sentido de amplitud que tiene esta palabra, se acerca mucho al poema. Un ejemplo de cine poema lo tene­mos en El perro andaluz de nuestro genial Buñuel. En esta película, las imágenes rom­pen todas las barreras que la realidad no real de lo cotidiano tienen estructuradas. Norman Mac Laren, con sus mini­películas algunas de cinco minutos de duración , ha intentado con gran éxito lle­gar al Cine Puro. El cine cine respeta al espectador, no le da píldoras para dormirlo en la angustia de su existir, ni le hace cosquillas para que se ría; el cine cine lo enfrenta con la rea­lidad pura, lo hace responsable de lo que está viendo y lo compromete a realizarse en la verdad. El espectador deja de ser un simple espectador y se convierte en un recreador del film que está viendo. Ver ese cine es como leer un poema, sin el esfuerzo que cuesta casi siempre penetrar en la poesía.

martes, 14 de abril de 2009

LA MÚSICA: ELEMENTO INDISPENSABLE EN EL CINE


POR LLEANA GONZÁLES


Desde los tiempos del cine silente (cuando un pianista, a oscuras, matizaba con mayor o menor intensidad lo que ocurría en la pantalla) la música se ha incorporado a la cinematografía como un personaje más.

Componer específicamente una partitura para cine, a fin de crear sentimientos y acentuar atmósferas, es siempre una labor que exige sensibilidad y talento. Acoplar la música a las imágenes requiere una capacidad muy especial por parte del creador para interiorizar las emociones que el realizador pretende provocar en determinados momentos del argumento cinematográfico.

La banda sonora de un filme tiene que reforzar, con sus efectos, las intenciones de cada secuencia, sea con orquestaciones con ritmos diferentes o incluso con el recurso de los silencios. Esa es la clave para que la simbiosis sea eficaz.

Un realizador puede recurrir a música no concebida originalmente para una obra cinematográfica, o solicitarla por encargo. En este último caso el compositor ha de trabajar en estrecha comunión con el director, para explorar en cada momento del guión y hallar así la fórmula que permita conjugar armoniosamente las imágenes con la música.

En Cuba hay una serie de compositores que se han vinculado al cine, sea al de ficción o al documental. Son músicos valiosos y versátiles, intuitivos y sensibles, capaces de conseguir una especialización en ese ámbito. Sobre ellos recae la responsabilidad de que la relación cine-música fluya sin tropiezos, las imágenes sean más convincentes y se refuerce la ilusión de realidad planteada por el argumento.

La música es un ingrediente indispensable en el cine, y los Festivales de La Habana han dedicado buena parte de su programación en estos 20 años, a destacar cuánto aportan al séptimo arte tantas partituras o intérpretes inolvidables. Por apenas citar dos casos recordemos cómo hace 6 años, la Orquesta Sinfónica Nacional, conducida entonces por Zenaida Castro Romeu, ejecutó temas compuestos por José María Vitier para la película El siglo de las Luces, de Humberto Solás, deslumbrantes por su gran peso dramático y porque se advertían en ellos rasgos de la época descrita, sin soslayar los timbres caribeños.

En este vigésimo Festival (1998) también la Orquesta Sinfónica Nacional ha tenido un peso importante, al ejecutar obras emblemáticas compuestas para el cine.

Cuando se hable de un trabajo de composición de música para cine, el nombre del maestro Leo Brouwer resulta insoslayable. En la ceremonia de inauguración de este Festival de Cine Latinoamericano volvieron a escucharse sus composiciones para los filmes Lucía, Cecilia, Un día de noviembre, No hay sábado sin Sol y el documental Lam. Indudablemente, son trabajos que demuestran una experiencia singular para comunicar y sugerir ideas y sentimientos, mediante sonoridades que trasmiten esencias de momentos históricos diversos.

Con su sólida formación el maestro Leo Brouwer, fundador de la Escuela Cubana de Guitarra, ha enriquecido muchas obras del cine cubano.También otros compositores lo han hecho, como los hermanos Vitier, Carlos Fariñas, Juan Formell y Edesio Alejandro, por citar algunos.

lunes, 6 de abril de 2009

EL CINE INFANTIL EXPLOTA LOS GRANDES ÉXITOS DEL GÉNERO





A los niños les encanta escuchar un cuento una y otra vez. Las productoras cinematográficas lo saben y no suelen arriesgar demasiado a la hora de satisfacer al público infantil. Las novedades que llegarán a las carteleras españolas en el 2004 se apoyan, en su mayoría, en clásicos de la literatura infantil. Es el caso del Pinocho , de Roberto Benigni; del Peter Pan de PJ Hogan, y de La vuelta al mundo en 80 días , de Frank Coraci. Sino son segundas o terceras entregas de filmes de éxito, como Harry Potter y el prisionero de Azkabán , Shrek 2 y Scooby-Doo 2 . Las películas innovadoras, como El niño que quería ser un oso , del danés Jannik Hastrup, siguen siendo excepciones. El cine con pantalones cortos es desde hace pocos años un fenómeno y un gran negocio, sobre todo en las épocas de vacaciones escolares. A pesar de que las críticas no le apoyaron, Cat in the hat (El gato en el sombrero), basada en un cuento del Dr. Seuss muy conocido en ámbito anglosajón, lideró el ránking de EEUU a finales de noviembre del año pasado, durante su primera semana de exhibición. NIÑOS ABURRIDOS El Dr. Seuss, sobrenombre de Theodore S. Geisel, es autor del guión de la fantástica película de 1953 Los 5.000 dedos del Dr. T e inspirador de El Grinch , reciente filme en el que destaca el camaleónico Jim Carrey. Cat in the hat tiene previsto su estreno en España el 7 de abril, como preludio de la Semana Santa. Bo Welch eligió esta historia publicada en 1957 para su debut en la realización. Alec Baldwin y Mike Myers protagonizan esta entrañable historia sobre un gato que cambia la vida de los niños aburridos. La vuelta al mundo en 80 días es la última película de Arnold Schawarzenegger previa a sus compromisos políticos. El actor es el príncipe Hapi en este filme de presupuesto astronómico, 110 millones de dólares. Peter Pan es una nueva adaptación del cuento de Sir James Barrie llevado al cine de animación por Walt Disney en 1953 realizado por Hogan, director de La boda de Muriel . El director mexicano Alfonso Cuarón se enfrenta a la tercera película basada en un libro de J. K. Rowling. La trama introduce el tema de la traición, personificada en alguien cercano al protagonista. Harry Potter y el prisionero de Azkabán , que ficha a Gary Oldman, Michael Gambon y Emma Thompson, llegará a las pantalla el 28 de mayo. Pinocho , la esperada película de Roberto Benigni, se retrasa dos años desde su estreno en Italia. En el 2004, le toca el turno a los osos. Disney recupera a Phil Collins, autor de la banda sonora de Tarzán , para Hermano oso . Sin embargo, la auténtica joya proviene de Dinamarca. El niño que quería ser oso es una animación sobre una pareja de osos polares que sustituye a su cría muerta por un niño recién nacido.

viernes, 3 de abril de 2009

EL CINE MUDO



HISTORIA DEL CINE MUDO

El cine es la técnica de proyectar imágenes sucesivamente a intervalos regulares, con la intención de crear la ilusión de movimiento. El cine mudo es el no posee sonido de ninguna clase, consiste simplemente en imágenes. Desde los comienzos se buscó combinar imagen y sonido grabado, pero recién a fines de la década de los 20 se generalizó el cine sonoro. El sistema para introducir el sonido en el cine es el Vitaphone. El primer largometraje sonoro fue “El cantante de jazz”.
NACIMIENTO DEL CINE MUDO

La primera película de cine mudo fue “El jardín de Roundhay”, de Louis Le Prince (1888). Su duración era dos segundos y mostraba a dos personas caminando alrededor del jardín Oakwood Grange.A fines de la década del 20, el cine alcanzó la madurez. Los expertos sostienen que la calidad del cien bajó cuando se introdujo el cine sonoro, y que le tomó varios años recuperarse. La calidad visual de las películas en los años 20 era muy alta.

Para complementar la falta de audio, se ideó un sistema de subtítulos agregados, mediante los cuales se añadían los diálogos. Surge entonces el escritor de títulos (como se llamaba en la época) como un profesional de la época muda y tomó una importancia equiparable con la del guionista. Los títulos tomaron importancia, convirtiéndose en elementos gráficos que ofrecían decoraciones de avance sobre la película.

La proyección de las películas mudas estaba acompañada pro música en vivo, por lo general, improvisada por un pianista o ejecutante del órgano. Se comprendió muy temprano la importancia de la ambientación musical.

Los pueblos pequeños tenían un piano para acompañar las proyecciones. Pero las grandes ciudades tenían su órgano, o incluso una orquesta completa, la cual podía ejecutar algunos efectos sonoros.

De los órganos de teatro, el famoso Rudolph Wurlitzer Company, podía simular sonidos de orquesta, entre otros. En ocasions, había un narrador que describía lo que iba ocurriendo.

Los actores mudos solían improvisar sus diálogos. La música de las películas mudas fue compilada en la Música de Photoplay, integrada por el pianista, el ejecutante del órgano, el conductor de orquesta o el estudio, los que enviaban las partituras junto con las películas. Aquí surge la composición de temas especiales para películas.

El cine mudo se convirtió en la principal fuente de empleo de los músicos de esa época, lo que acabó cuando apareció el cine sonoro.